COMPETITIVIDAD

JUSTICIA SOCIAL Y COMPETITIVIDAD



El competitivo y globalizado mundo actual ha llevado a que muchos países y sectores enfrenten grandes desafíos en términos de desigualdad del ingreso, altos niveles de desempleo y pobreza, vulnerabilidad económica ante los shocks externos, y el crecimiento del trabajo sin protección y de la economía informal, que tiene un impacto sobre la relación de trabajo y en las protecciones que la misma ofrece.



Aunque no todos los efectos de la globalización son negativos, pues algunos países, entre ellos el Perú, se han visto beneficiados con altas tasas de crecimiento, creación de empleo, la absorción en zonas urbanas modernas de una gran parte de la población rural pobre, y el fomento de la innovación para el desarrollo de productos y la circulación de ideas.



Promover la Justicia Social, implica hacer competitivo al País, es decir, apto para atraer inversiones productivas, para ganar, conservar y acrecentar mercados, generando suficiente empleo digno y bien remunerado, además de aprovechar los acuerdos comerciales internacionales y dinamizar su mercado interno.



Necesitamos armonizar la competitividad con los objetivos nacionales de erradicar la miseria y mitigar la pobreza -atacar sus causas estructurales como principio básico- para que con una visión de largo plazo nuestro país sea una sociedad significativamente más equitativa, incluyente, que logre una convivencia civilizada en su pluralidad, cuyo centro de atención esté en el bien-estar y bien-ser de la persona y la familia.



Tanto la globalización de la Economía como el desarrollo de la economía doméstica implican una mayor competitividad para la creatividad, la producción de bienes y servicios, su venta, así como el financiamiento y la capitalización de empresas y familias.



Incrementar la competitividad de nuestro país, en forma sostenible en el largo plazo, tiene como premisa una más equitativa distribución de la riqueza generada.

Es inaplazable asumir actitudes y tomar decisiones en congruencia con la Nueva Cultura Laboral. Solo partiendo del reconocimiento de la dignidad de la persona, y por lo tanto de la revaloración de su trabajo, se pueden establecer relaciones laborales armónicas y sostenibles en el largo plazo



La Competitividad es un proceso que supone la mejora permanente del ambiente donde operan las empresas y responde a los retos propios de la etapa de desarrollo de cada país.



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